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Recordar quiénes somos

¿En qué momento nos hemos olvidado de nosotros mismos? Esta sola pregunta nos saca del olvido y nos abre a una toma de conciencia.

Vivir ocupados en un sin fin de actividades, seguir el ritmo de las imposiciones y exigencias propias y ajenas, nos lleva a perder nuestro equilibrio y a olvidarnos de quiénes somos verdaderamente.
 
Por ajustarnos a ideas de cómo debemos ser, nos tensionamos, nos desvitalizamos, perdemos nuestro centro, vamos a la deriva. Todo esto trae confusión, agotamiento, frustración y falta de motivación en nuestras vidas. 

La propuesta es salir de nuestro actuar rutinario, de nuestros hábitos mecánicos, de lo aprendido, de las falsas ideas y creencias.
 
Hacemos una pausa para escuchar y prestar atención a lo que sentimos y necesitamos. Ponerlo en práctica requiere de nuestro esfuerzo consciente y de invertir tiempo para aprender a escucharnos. Soltar y des-aprender viejos e inútiles hábitos para conectar con lo que necesitamos hoy  y contribuir a nuestro BIEN-ESTAR. 
 
En los talleres grupales y en las sesiones individuales generamos un tiempo y un espacio para practicar y sumar experiencias que nos ayuden a vivir más auténticamente y a aceptar quiénes somos.
Nuestro cuerpo se convierte en un aliado: nos envía mensajes a través de sensaciones, emociones. El pasado ya fue y el futuro todavía no ha llegado, es nuestra mente la que viaja a esos tiempos.  Si estamos conectados con nuestro cuerpo, estamos en el "aquí y ahora", en el presente que es nuestro tiempo real.
 
Vamos a la escucha de esa voz interior sabia que reside en todos nosotros. Nos invitamos a bajar el volumen  -aunque sólo sea por un momento- de todos esos pensamientos, mandatos, mensajes que nos llenan de ruido. La actitud que cultivamos es la observación sin juicio: nos miramos de la misma manera que contemplamos un paisaje, valorando lo que hay.
Observamos nuestros pensamientos, las historias que nos contamos, nuestras creencias y nuestros juicios. Tomamos distancia y no nos identificamos con ellos. Aprendemos a despejar esas las nubes que nos impiden ver nuestro propio cielo, con los pies en la tierra y de la mano de nuestros iguales, humanizándonos. 

Dirigimos nuestra atención a lo que nos sucede en este momento sin pretensión de ir a ningún otro sitio ni de estar de determinada manera. Nos invitamos a valorar lo que nos sucede ahora. Acogemos el misterio y la maravilla de la vida que es nuestra mejor maestra.
 
Vamos al encuentro de nuestro potencial, disfrutando y conectando con la fuente más esencial que es la alegría.
Los grupos de conciencia y expresión corporal con música, las sesiones individuales de acompañamiento creativo, los talleres de comunicación sana y los masajes desbloqueantes,  son herramientas y técnicas que nos ayudan en este camino de regreso a nosotros mismos.
 

Te espero para hacer de este texto una vivencia.

                                                                                       Roxana

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