Acogidos, no sanados
Deja de intentar sanarte, corregirte, o incluso despertarte a ti mismo. Deja de intentar Adelantar la película de tu vida. Suelta la idea de 'soltar'. El sanar no es un destino. Sé aquí.
Tu dolor, tu tristeza, tus dudas, tus anhelos, tus pensamientos de temor: ninguno de ellos son un error, y no están pidiendo ser 'sanados'. Están pidiendo ser acogidos. Aquí, ahora, tiernamente, en los amorosos, sanadores brazos de tu presencia consciente...